Aunque la tecnología nos facilita la vida, debemos ser conscientes del riesgo de la pérdida de privacidad, un ámbito por el que trabaja la denominada biometría

Una imagen vale más que mil palabras. A este dicho hay que sumarle que en la sociedad actual, las imágenes se convierten en datos (digitales) y los datos son el nuevo petróleo de la economía. En un día cualquiera, pasamos ante una enorme cantidad de cámaras sin ser conscientes de ello: cámaras de videovigilancia de comercios, bancos, cámaras de tráfico en las calles.

No podemos olvidarnos tampoco de las cámaras de móviles y ordenadores frente a las que trabajamos o leemos artículos como este. Si me permite un consejo, ponga una pegatina delante de ella para evitarle disgustos o problemas en caso de que programas espía puedan acceder a su ordenador y activarla sin su consentimiento.

Más tecnología, más riesgo

Además, a lo anterior se suma que de una simple foto o vídeo se pueden obtener nuestros rasgos o datos biométricos. Por decirlo de alguna forma, sería como nuestra huella dactilar pero con los rasgos de, en este caso, la cara. Por ello, la biometría se está convirtiendo en el gran caballo de batalla por nuestra privacidad.

La biometría supone nuevos riesgos y retos. La tecnología nos facilita la vida, nos otorga mayor seguridad en todos los aspectos, pero debemos ser conscientes del riesgo añadido que cada nuevo uso o mejora supone para la pérdida de privacidad e intimidad.

Biometría en aeropuertos, fábricas, educación o supermercados

Sus nuevos usos van desde la seguridad en los aeropuertos a la identificación de los estudiantes en el ámbito educativo online para verificar que no existe suplantación de identidad en un examen, la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) ya ha publicado un informe al respecto.

El último ejemplo es el anuncio de la implantación de esta tecnología por una gran compañía de supermercados española en decenas de sus establecimientos. 

Las características faciales, datos personales

¿Cómo es el tratamiento de datos biométricos?

Lo primero que hay que decir es que los datos biométricos son datos de carácter personal. Por ello, están regulados y protegidos por la normativa europea de protección de datos de carácter personal, tanto por el Reglamento Europeo de Protección de datos (RGPD) como por su adaptación española, la Ley orgánica de protección de datos y garantía de derechos digitales (LOPDGDD).

Ciberseguridad.

 

Los datos biométricos pueden ser datos básicos (por así decirlo) o datos especialmente protegidos si, como dice el reglamento, están dirigidos a identificar de manera unívoca a una persona física. El tratamiento y la tipología de los datos no solo determinará cuál es la legitimación para el procesamiento de los mismos, sino también las obligaciones y garantías que tendrá que aplicar el responsable de dichos tratamientos.

Un estudio previo que evalúa los efectos

En cualquier caso, antes de implantar un sistema de biometría, los responsables de tratamiento deben realizar lo que se denomina una evaluación de impacto en protección de datos.

El objetivo de este estudio es analizar la necesidad y proporcionalidad del sistema y los riesgos asociados. En definitiva, se trata de una autoevaluación para determinar que el sistema no afecta de forma grave a la privacidad de las personas a las que va dirigido y para detectar los riesgos para la seguridad, reputación, privacidad, etc. que puede tener el uso de la tecnología.

Desde TalentoProtec, división especializada en protección de datos de Talento Consulting, trabajamos para cumplir con la normativa vigente en protección de datos para empresas y autónomos y proteger de esta forma tanto a usuarios como a responsables de tratamiento de datos de posibles sanciones. Para más información sobre el uso de datos biométricos en tu empresa y cumplir con la RGPD no dudes en consultarnos o mandarnos email a protecciondedatos@talentoprotec.com