Realidad Virtual, NFT y teletransporte: las claves del metaverso de Zuckerberg

Hace aproximadamente una semana saltaba la noticia de que Facebook tenía en el horno un posible cambio de nombre para intentarse zafarse de la grave crisis reputacional que acogota a la empresa liderada por Mark Zuckerberg desde hace algunas semanas. Y el rumor finalmente se confirmó ayer. La matriz de Facebook, de la que forman parte también Instagram y WhatsApp, ha pasado de nuevo por la pila bautismal para denominarse Meta en un claro guiño al «metaverso» sobre el cual la compañía pretende levantar los cimientos de su propio futuro.

Cambiándose de nombre Zuckerberg pretende zafar a la corporación que capitanea de la sombra (no siempre beatífica) de la red social que fue el inicio de todo: Facebook.

«Somos contemplados a día de hoy como una empresa de redes sociales, pero en el fondo somos una compañía que conecta a las personas», enfatizaba ayer Zuckerberg, al que tiempo que aseguraba que Facebook no reflejaba ya adecuadamente la amplia panoplia de productos y servicios del grupo.

Facebook se lo juega todo a la carta del «metaverso»

En el «metaverso», que constituye el eje de la estrategia en tiempos venideros de Facebook, mundos físicos y digitales se amalgamarán casi sin fisuras. Para dar forma a ese «metaverso» la red social confía en la realidad virtual, en la que es especialista su filial Oculus.

Formará parte asimismo del «metaverso» la realidad aumentada, que hará posible que contenidos de naturaleza digital se abran paso en entornos reales mediante pantallas o gafas inteligentes.

«Creemos que el ‘metaverso’ será el sucesor de internet móvil», asegura Zuckerberg. Los esfuerzos de Facebook dirigidos a la construcción de ese «metaverso» se engloban bajo el proyecto Horizon.

Durante la conferencia de desarrolladores Connect Zuckerberg ofreció ayer la explicación más detallada hasta la fecha de ese «metaverso» que será el eje del futuro del Facebook. El «metaverso» será un mundo virtual en el que las personas podrán zambullirse en universos digitales casi indistinguibles del mundo real. «En vez de mirar una pantalla, estarás en el centro de las todas las experiencias nacidas al calor de su universo», explicó Zuckerberg. El usuario sentirá que está viviendo algo real, recalcó. «Y si envío un vídeo de mis hijos a mis padres, ellos sentirán que están de algún modo con nosotros», apostilló. Zuckerberg no aclaró, eso sí, de qué tecnologías se servirá su compañía (más allá de los cascos de realidad virtual) para hacer realidad estas experiencias tan realistas.

 

El fundador de Facebook explicó, por otra parte, que el usuario podrá escanear objetos físicos para que esto se abran paso en el «metaverso». Y simultáneamente los usuarios podrán «teletransportarse» en forma de holograma para mantener, por ejemplo, una reunión.

El «metaverso» formará parte de nuestra vida cotidiana en menos que canta un gallo

Entre los próximos 5 y 10 años muchos de estas «milagros» (salidos casi de una película de ciencia ficción) serán el pan nuestro de cada día, afirmó Zuckerberg.

El CEO y fundador de Facebook espera que su «metaverso» alcance los mil millones de usuarios en 2030 y que se traduzca en varios centenares de millones de dólares para las empresas.

En las últimas semanas Facebook se ha visto en el ojo del huracán por una serie de documentos internos revelados por su exempleada Frances Haugen, que acusa a la red social de anteponer sus beneficios al bienestar de sus usuarios.

Facebook no es por cierto la primera empresa oriunda de Silicon Valley que cambia de nombre. En 2015 Google rebautizó su matriz con el nombre de Alphabet para hacer hincapié en que era mucho más que un buscador y que tenía también ambiciones en el ámbito de los coches autónomos o la salud. Sin embargo, lo cierto es que la mayor parte de los ingresos de Alphabet los genera Google y el resto de divisiones carga, en cambio, con cuantiosas pérdidas sobre los hombros.